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¿Cómo será la vuelta al cole con el Covid-19?

En este momento, en el que tenemos tan próximo el inicio de la actividad escolar, se nos plantean muchas preguntas, y algunas de ellas con difícil respuesta. Si a ello añadimos el desconocimiento de la evolución de la situación sanitaria, las posibles medidas que se puedan imponer desde las instituciones, la falta de fondos públicos, la transferencia de responsabilidades, hasta el punto de no haber responsable, las amenazas veladas, y la inexplicable falta de anticipación de medidas para la correcta adaptación de los centros a la “nueva normalidad”, nos lleva a una situación, como mínimo, de incertidumbre.

Dicha incertidumbre se traduce en situaciones de ansiedad, dado que, en cualquier otro año, ya tendríamos organizada la vuelta al colegio, sabiendo el aula del niño, el profesor, si va o no al comedor, si va al aula matinal, si tengo que organizar con alguna persona el cuidado de mis hijos por trabajo, y otras muchas casuísticas, que actualmente están en el aire.





Por esta razón, y después de consensuarlo con varios docentes y AMPA, hemos decidido escribir un artículo, para intentar arrojar algo de luz, y que esperamos que sirva para dar ideas, para que entre todos podamos armar este puzle tan complicado que se nos plantea.



Planteamos posibles medidas a seguir para el próximo curso académico 20-21 en los colegios de educación infantil y primaria teniendo en cuenta la situación de riesgo sanitario por la pandemia del Covid-19:


- Reducción de ratios de alumnos por aula: Esta medida nos permite aumentar la distancia social, que es una de las normas básicas junto con el uso de mascarilla. Así pues, se convertirían en aulas todas las dependencias del Centro educativo que hasta ahora se dedicaban a otros asuntos, por ejemplo: la biblioteca, la sala de psicomotricidad, el aula de informática, la sala de profesores, gimnasios, aulas de música, de plástica, de idiomas, … y demás dependencias que durante este curso no sean usadas.

Si las reuniones de claustro se hicieran telemáticamente, la sala de profesores no se utilizaría como tal, pudiendo usarse como un aula más.

No es recomendable la psicomotricidad ni la educación física para evitar contactos (sudoración, exhalaciones, …) y desplazamientos de niños desde sus aulas a los gimnasios. De cada gimnasio, dependiendo del tamaño, pueden salir dos aulas separadas por tabiques de pladur o sistemas desmontables.

Si aún así hicieran falta más aulas, los Ayuntamientos podrían ceder espacios como salas de las bibliotecas municipales, centros sociales, centros de día de mayores, centros de juventud, … y las autoridades religiosas que correspondan ceder también sus centros parroquiales y dependencias de reuniones. Y si fuera necesario, en los patios se puede poner algún aula prefabricada (si se han hecho en dos días hospitales de campaña se pueden hacer aulas).


- Aumento de profesorado: en el caso de que los especialistas de educación física no impartan su área, todos pasarían a ser tutores de grupos desdoblados.

Los especialistas de música también pasarían a ser tutores y todos los tutores darían música a su grupo.

Los maestros de religión también pasarían a ser tutores, este curso no se daría religión tampoco y así se evitaría que los alumnos que no dan religión salgan de su aula para recibir Valores en otra dependencia.

Sólo los especialistas de lengua extranjera se desplazarían de un aula a otra. En el caso de que faltaran más tutores para los desdobles, la Administración nombraría a especialistas de lengua extranjera para que impartieran todas las áreas, incluida el idioma extranjero.

Los Equipos Directivos de los Centros podrían dedicar menos horas a sus funciones burocráticas (reducidas al mínimo por la Administración) y permanecer más sesiones en sus aulas con su grupo-clase para evitar entradas y salidas de diferentes maestros a dichas aulas.

El principal objetivo es que haya el menor movimiento de alumnado y profesorado en las aulas y por el Centro.


- Personal de limpieza durante toda la jornada escolar: dos personas mínimo y dependiendo del tamaño del Centro, realizando limpieza continua de aseos y zonas comunes.


- Auxiliar técnico sanitario durante toda la jornada escolar.


- Entrada y salida escalonada del alumnado. Este punto requiere de una especial concienciación por parte de todos los implicados, incluidos los padres y madres. Uno de los puntos más delicados, frente a las aglomeraciones, son las entradas y las salidas del centro. Es por lo que una recomendación sería utilizar todas las entradas-salidas del centro para impedir las aglomeraciones en el exterior del centro, aunque aún así, será poco probable que se eviten. Uno de los sistemas que han evitado las aglomeraciones, y que actualmente está en desuso, es el transporte escolar, por permitir la salida ordena del centro, y evita la aglomeración de personas fuera del centro. Desde nuestro punto de vista, ésta sería una solución (no olvidemos temporal), que podría evitar en gran medida las típicas aglomeraciones en el exterior de los centros durante las entradas y salidas.


- Turnos de recreo y zonas limitadas de juego. Dichos turnos serán vigilados, para asegurar que se cumplen los mínimos de seguridad. El desayuno se podría realizar en el aula.


- Mascarillas dentro y fuera del aula. Mascarillas de repuesto en la mochila.


- Gel hidroalcohólico individual y uno de aula, así como papel para secado de manos y papelera exclusiva para este uso.



También sería interesante, al igual que se suprimen las áreas de educación física y religión, reducir contenidos de todas las áreas ya que la situación no es la normal y se tiene que pasar más tiempo en higiene y cumplimiento de normas. Esto no implica que para ello la Administración bombardee a profesorado y equipos directivos a burocracia innecesaria, la situación que se les avecina también es excepcional y estresante. Ahora más que nunca, al igual que con el colectivo de sanitarios, hay que estar con ellos.

Hay que pensar que son medidas extraordinarias por la situación que estamos viviendo, que son pasajeras, que nos gustarán más o menos, que nos va a costar trabajo adaptarnos a madres, padres y profesorado pero que es fundamental que los niños vuelvan al colegio y que se relacionen con sus compañeros, aunque sea con unos pocos y que una enseñanza presencial es fundamental para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea positivo y satisfactorio. No olvidemos que en el colegio no solo se aprende lo que pone en los libros, son muchas más cosas y hay que vivirlas, hay que estar allí. Los niños tienen una capacidad de adaptación impresionante y van a aceptar las nuevas medidas aunque sean “raras” porque ellos quieren volver al cole.


Esperemos que en breve volvamos a tener a nuestros niños difrutando en el aula.




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